miércoles, 30 de noviembre de 2011

Episodio 5


El reloj digital gigante de una furgoneta de la BBC, marcaba las 20:27, la ceremonia empezó. Benedicto XVI, salió a dar la misa especial, y a las 21:03, comenzó la bendición:
-       Es para mi un honor, como representante de la iglesia cristiana, poder ver como la palabra de Dios se cumple en este mundo, poder ver como todos los pueblos de la tierra, unen sus manos, con la promesa de un futuro de paz y concordia. También me parece un buen momento para recor…

En ese momento, entre la multitud, Allan le habló a Sarah:
-       Voy con la cámara a ver si puedo coger un buen plano del momento de la bendición.
-       Vale, nos vemos -se besaron –

A la vez que la ceremonia continuaba, Sarah se emocionaba al ver como uno de sus sueños se estaba haciendo realidad, de repente sonó su teléfono, y se apartó a la entrada de un edificio:
-              ¿Sí? ¿Quién es?
-               Soy yo cariño, tu tía.
-               ¡Oh! No te había reconocido.
-               Estáis ahí ¿Verdad?
-          Sí, es emocionante tía, en serio, es uno de los días, que se quedaran grabados en mi memoria.
-           ¿Está contigo Allan?
-          No. Se ha ido un momento, a grabar algunos planos del momento de la bendición con la videocámara.
-          Pues muy mal, este es un momento en el que dos personas que se quieren, tendrían que… ¡DIOS MIO SARAH!
-          ¡¿Qué ocurre tía?! – se cortó la comunicación –

Sarah estaba confundida, salió a la plaza, y se encontró a la gente huyendo del lugar. Intentó encontrar la causa, y la vio en menos de tres segundos, los componentes eléctricos que había al lado de la bomba, estaban descontrolados, y está podía explotar en cualquier momento. Efectivamente, la conversación que tuvo lugar, en un camión hace unos minutos, se estaba haciendo realidad. Sarah intentó buscar a Allan en medio del revuelo, pero alguien le dio, y perdió el conocimiento durante unos segundos:
-       ¡SARAH QUE HACES PARADA AHÍ, HUYE! - le dijo un hombre de entre la multitud -
-       Que pasa, que, donde estoy… quien.

El hombre la agarró, y sabiendo bien que hacer, cogió su Ferrari, y en menos de diez segundos, ya estaba acelerando para salir de allí. Ese hombre, estaba cruzando la Ciudad del Vaticano, a más de 200 km/h, como es normal, en medio del terror, alguna persona, se llevo un gran golpe del coche, pero en este caso, era “sálvese quien pueda” en los siguientes 5 minutos, ya se encontraban a 3km y medio del Vaticano, Sarah, había perdido el conocimiento por completo, y el hombre, en su afán por alejarse lo máximo de la bomba, corría por Roma, a la velocidad de un fórmula uno.

En la Plaza de San Pedro, aun quedaba muchísima gente, cuando de repente una explosión, cegó a todo el mundo, la abrasadora potencia de la bomba, devoró todo lo que se encontraba a su paso, todos cuantos estaban allí, murieron en el acto. En menos de un minuto, la Ciudad del Vaticano, una de las joyas artísticas de la humanidad, se derrumbó, como si de un castillo de arena azotado por una ola del mar se tratara. El salvador de Sarah, se encontraba aún a 7km de la zona de explosión, y empezó a vacilar, al ver por el retrovisor, como la calma de la antigua capital imperial, era sustituida, por la marcha alocada, de gente que quería salvar sus vidas, tras contemplar la nube atómica, que se encontraba a pocos km de allí.

Finalmente, como suele pasar, todo acabó, se encontraban a solo 800 m del límite del radio de acción de la bomba, que devoró 9,4 km de terreno, correspondientes a la totalidad del Vaticano, y una parte de Roma. Era estremecedor para la gente presente, y para la mayoría, el mundo dejó de girar.
Sarah despertó:
-       ¿Qué pasa…? ¡Lorenzo! ¿Qué hago aquí? Lorenzo… - se detuvo a mirar la macabra escena que rodeaba el cielo romano -
-       E finito, Sarah, FINITO
-       Y Allan, ¿Le has visto? ¿Lo ha cogido otro? ¡¡CONTESTAME!!

Lorenzo negó, y lo único que pudo hacer Sarah, fue tumbarse y romper a llorar.


Diario de Noa Stuarts  (2/ 78)

21 - 09- 2018

Nada  más acceder a mi nuevo puesto de directora departamental, me pareció que la suerte me reía por primera vez, tras mucho tiempo. Pero esa sensación desapareció cuando nada más entrar ví todos los recuerdos de Frank, como lo echamos de menos, y ya es la tercera semana, aun así, las cosas son como son, y mucha gente muere en accidentes de tráfico en un día, lo mejor es seguir con la rutina, aunque parezca mentira, ayudará a muchos a superarlo. Nada más llegar empecé a recoger sus cosas, pero me encontré una serie de documentos, muy extraños, ¿Qué eran?, demasiado precisos para tratarse de una investigación en solitario de él, pero aún así al acercarme a leer el número (TSA69B/K4 – 001), no los recordaba, de los estudios de investigación, ni de haberlo visto en los archivos, o en revisión, ni siquiera llevaban el sello del ISI. Sin perder el tiempo, me los guarde rápidamente en la cartera, ya los revisaré en casa, no obstante… ALGO ME HUELE MAL.

           

Episodio 6

De vuelta a la actualidad

Sarah volvió a la realidad, con el rostro un poco empapado, Noa se fijó, y se acerco a ella:
-       ¿Estás bien?
-       Si, por supuesto, solo que, necesito salir, tomar un poco el aire.
-       Por supuesto, yo te acompaño.

Tras finalizar la rueda de prensa, Sarah y Noa se retiraron a un rincón más apartado, lejos de las miradas de toda la multitud que salía de la conferencia. Se retiraron, hasta un merendero que había en la linde del bosque, el aire allí era más limpio, estaban solas, y además, el paisaje era más acogedor. Una vez se hubieron acomodado en un banco, Noa se incorporo, y grito:
-       ¡Serán gilipollas! A quien se le ocurre, con lo mal que lo pasaste.
-       Noa, déjalo, ellos no lo sabían, no tienen la culpa de haberlo sacado, solo estaban comparando.
-       Pero te encuentras bien ¿No?
-       Sí, pues claro. Solo han sido… ya sabes, los recuerdos, ha vuelto todo de repente, y… pero tranquila, ha sido el momento, ya estoy mejor, y ya lo he aceptado.
-       De acuerdo – dijo aún no muy convencida – Pues volvamos.

Al llegar de nuevo a la entrada, se encontraron, con que tras la invasión, y posterior replegada de periodistas, todo había vuelto a la normalidad, ambas estaban menos tensas, sobre todo Noa. Cuando se disponían a coger el ascensor, Travis les hizo un gesto desde la cafetería, al llegar allí, se encontraron a Travis, y a su mujer:
-       Sra. Davison – habló Sarah-
-       ¡Por Dios, Sarah! Cuantas veces he de decirte que me llames Catherine.
-       Hola Catherine – dijo entre risas-
Catherine Davidson, era una mujer de 52 años, alta, gorda, y con una espesa melena pelirroja, que ya se veía dañada por el paso del tiempo. Vestía siempre de la manera más elegante, y se codeaba con las “grandes” de la nación, pero con todo eso, lejos de parecer una snob repelente, era una persona agradable, y muy modesta, algo que hacía aumentar considerablemente su encanto. Siguió hablando con Sarah hasta que finalmente se fue:
-       ¡Oh! No me he fijado en la hora, lo siento pero he de marcharme chicos.
-       Es una pena que no haya visto la rueda Catherine – dijo Noa -
-       ¡Ah! Da igual, conozco mas que de sobra la elocuencia de mi marido al dirigirse a los medios, aunque espero que esta vez no hayas sudado tanto, por qué todos los científicos odiaran a la prensa – todos rieron –
Al marcharse la Sra. Davidson, la atmósfera cambio totalmente, Travis se dirigió a Sarah, en un tono suave:
-       Lo has recordado Sarah ¿Me equivoco?
-       ¿El qué? – Travis frunció el ceño – Vale, sí, pero ya hemos hablado Noa y yo, no pasa nada.
-       Noa – dijo Travis –
-       Todo bien, no te preocupes, si le pasa algo, no tardarás en saberlo.
-       ¡Chicos! Estoy bien
-       Sarah, como jefe tuyo, es mi deber preocuparme por el estado en el que realizas tu labor, y como amigo, por el estado en el que estás. Es mi deber mandarte a casa aho…
-       ¡Venga, Travis!
-       Sarah, déjame acabar. Es mi deber mandarte a casa ahora mismo, PERO, como se que eso solo va a hacer que pienses más en ello, y que te enfades con nosotros, te voy a dejar estar aquí hasta las cinco.
-       Travis…
-       HASTA, las cinco. Es mi última palabra.
-       Vale
Al acabar la conversación, ambas retomaron su camino inicial hacia el ascensor, cada una hasta su planta, Sarah aun estaba molesta por la decisión de Travis, pero Noa le hizo entender que lo hacía por su bien. El resto de la tarde, todo transcurrió como un día normal en el ISI. Al llegar las cinco, Sarah recogió sus cosas y se marchó, no sin antes encontrarse con Travis:
-       ¿Asegurándote de que me voy?
-       No eres de fiar, lo sabes incluso tu misma – dijo riendo –
-       Nos vemos, mañana
-       Adiós Sarah ¡Oh, se me olvidaba! Han sacado los coches de tu sótano. Reparaciones. Aquí tienes tus llaves
-       Gracias

Mientras caminaba bajo la llovizna hasta su coche, disfrutó de las gotas cayendo bajo su cara. Al llegar al coche encendió el motor, el climatizador, la radio, y puso rumbo a su casa. Durante el trayecto iba pensando en todo lo que había pasado ese día, y que nada más llegar se iría a tomar un baño, cenar, y tumbarse a ver la televisión, tapada, hasta dormirse. Pero en el trayecto hubo algo que la sobresaltó, al pasar por una gasolinera, vio a alguien:
-       NO PUEDE SER

Aceleró hasta dejar atrás el lugar, e intentando creer que era su imaginación, que le había jugado una mala pasada.


Episodio 7

Al llegar a su casa aparcó el coche en el garaje, estaba lloviendo bastante, por lo que optó por utilizar la salida del garaje, en vez de entrar por la puerta principal, como de costumbre. La casa era una de otras muchas, en una fila interminable, todas iguales, daba la impresión de que aunque se avanzara por la calle, se seguía estando en el mismo lugar. Tanto la calle como las casas, eran de estilo inglés; casas de dos plantas, a colores marrón oscuro y blanco, y con una ventana redonda en la planta superior, que indicaba que ahí se encontraba el ático – desván.

Al entrar le sorprendió lo oscuro que estaba el recibidor, por lo que se preocupó un poco, ya que a esa hora, su tía ya solía haber vuelto de su paseo, aun así miró el reloj, y se dio cuenta de que solo eran las 18:17; aun no había reparado en que ese día tuvo que salir en contra de su voluntad del trabajo, aún faltaba media hora para que llegara su tía.

Como estaba sola, y no había mucho que hacer; ya que se trataba de un viernes, se fue directa a su despacho, y ojeó unos documentos, a la vez que anotaba algo en un cuaderno, por supuesto, Sarah era una adicta al trabajo. A la mayoría de las personas en EE.UU. les sucede algo muy común, ODIAN SU TRABAJO, por lo que cada vez que suena el despertador, lo apagan, y se ponen en marcha resignadamente, dispuestos a dirigirse a realizar su trabajo, no por gusto, sino por necesidad, Sarah, era uno de los casos aparte, que tampoco es que sean pocos, ella lo realizaba, por ambos motivos, y cuando volvía más pronto de lo normal, lo único que le apetecía, era encerrase en su despacho, y seguir con algo que la interesase personalmente, y es que se podía pasar horas, pero hoy no, no, hoy el único tiempo que le dedicaría a esa actividad, sería poco mas de una hora, después, absoluta relajación.

Al llegar las siete menos diez, Sarah escuchó que la puerta de la entrada se abría,; su tía había llegado, pero no saludó, por lo que le pareció, que no la había visto, una vez se deshizo de su abrigo, paraguas,  y unas cuantas bolsas, la vio:

-       ¡Dios mío, Sarah! Que susto. ¿Cómo tu aquí, tan pronto?
-       Travis me ha dicho que me vaya antes, hoy ha sido un día duro.
-       Es verdad ¿Qué tal la rueda?
-       Bien, bien. Ya sabes; preguntas, respuestas, aprietos, nada del otro mundo.
-       ¿Acaso piensas quedarte aquí todo el día? Siempre rodeada de folios, cuadernos, ordenadores. Sal cariño, eres muy joven aún. Llama a Noa, y salid a divertiros.
-       No me apetece, pero la semana que viene lo haremos.
-       Y por qué no esta.
-       Porque me ha dicho esta mañana, que me llamaría para ir a su casa el Sábado por la mañana.
-       ¿Cómo? ¿Mañana por la mañana? ¡Sarah! No quedamos en que me llevarías al centro a hacer unas compras
-       ¡Oh, vaya! Pero creo que me dará tiempo, no creo que tarde más de una hora, las reuniones con ella son muy rápidas.
-       En ese caso te espero a las doce y media en el porche, y no te retrases.
-       De acuerdo

Nada más acabar la conversación, Sarah fue a darse el baño, era agradable, ya que ese fue, por ahora, el único momento de paz y tranquilidad que tenía en todo el día. Desconectó, y se quedó dormida casi sin darse cuenta.

*****

Estaba conduciendo por una autopista que le resultaba familiar, y estaba lloviendo, casi sin dar crédito a lo que pasaba, se dio cuenta de que estaba soñando con esa misma tarde. Siguió conduciendo, y al pasar por la gasolinera, la volvió a ver, aquella figura, como si de un fantasma se tratara, pasó de largo, como hizo en la realidad, pero al mirar por la ventana del copiloto, aquel hombre, se encontraba ahí, sentado, en el asiento del copiloto, y le dijo con una voz normal:
- Sarah

*****
Se despertó de golpe, allí, en la bañera, y de la impresión que le provocó aquel sueño, no pudo evitar derramar parte del agua de la bañera, su tía subió rápidamente, para comprobar que no pasaba nada, a lo que Sarah respondió, que solo había sido un tropiezo. Mintió. Su tía se fue, pero mientras se secaba y se vestía, no pudo evitar preguntarse hasta que punto aquel día le había afectado, y sobre todo, si verdaderamente, había pasado página con lo de Roma.

El resto del día fue tranquilo, cenaron las dos juntas, y hablaron, después se sentaron a ver las noticias, al dar las diez, Sarah bajo a sacar la basura, y al volver, hizo lo que pretendía desde que salió del trabajo, película, manta, y sofá. Se tumbó a verla, y se despertó con la película acabada, sobre las dos, apagó el televisor, y silenciosamente se fue hasta su cama, donde finalmente se concentró en sus sueños, y se dijo a si misma, que después de ese día, mañana, sería mejor.

sábado, 12 de noviembre de 2011

Para todos los que os haya gustado el comienzo de esta aventura; aqui tenéis la... SEGUNDA ENTREGA DE III

Episodio 3


Noah era una mujer de estatura más alta que Sarah, un poco más robusta, y con el  pelo  moreno recogido en una coleta, además, era mayor que ella; tres años más. Se conocían desde que ella tenía 9 años, la edad en la que Sarah y sus padres se mudaron a Washington, apenas 2 años después ya eran íntimas amigas, y desde que sus padres murieron, Sarah consideró a Noah, como la hermana que nunca tuvo.

Al llegar a la sala de prensa, todos los científicos estaban ya preparados para la rueda, esta daría comienzo en menos de tres minutos. Sarah, más que prepararse las respuestas a posibles preguntas, rezaba por no tener que lidiar con ninguna de ellas. El reloj marcaba las 12:30, la rueda comenzaba. El primero en hablar fue un hombre de unos 53 años, al que Sarah admiraba más que a ninguna persona en el mundo, el Dr. Travis Davidson, este era alto, con gafas, de piel apagada, y con una de las mentes más privilegiadas del universo, su C.I era de 213 puntos.

-          Buenas tardes. Miembros de la prensa, y del ISI, antes de comenzar la rueda, me gustaría poner unas reglas para ambos; por parte de la prensa, desearía que no hicieran preguntas muy comprometidas, y a no ser que sea absolutamente necesario, ninguna relacionada con cierto malentendido del pasado, ya me entienden. Y por parte de mis colegas, por favor chicos; brevedad, claridad, y tranquilidad a la hora de dar las respuestas, y Sarah… - escruto la sala con sus ojos - ¡Ah! .Ya te veo. Calmaté, no te alteres. Bien, creo que podemos empezar – hubo una oleada de voces, y manos al aire – emmm… ¡Hugh!

-          Sí, mi pregunta es la siguiente ¿pensaron en algún momento que serían capaces de alcanzar su reto, en tan poco tiempo?

-          Bueno, creo que para empezar, deberíamos remontarnos hasta 2013, y concretamente en noviembre. Al empezar nuestras actividades, no éramos muy optimistas, ya que creíamos que por lo menos se necesitarían 15 años; el triple de lo conseguido, pero cuando llego, lo que yo llamo la “ayuda del cielo”, sabía que ese tiempo se rebajaría, con eso de “ayuda”, me refiero a los científicos; Margaret Ashton, Peter Solerinno, y Sarah Jenkins, creo que gracias a ellos, principalmente, hemos conseguido este milagro. Así que, contestando a su pregunta… no, probablemente no.

-    Gloria Payton, del New York Post. Sra. Noa Stuarts. Aún siendo miembro
del departamento espacial ¿A qué se debió su intervención en el equipo de la    vacuna del Sida?

-          Una pregunta algo comprometida, pero no tanto desde mi punto de vista. Es fácil de explicar. Verá, yo soy lo que aquí llamaríamos una científica polivalente, mi campo por excelencia, es el espacio, pero también tengo conocimientos aplicados a la medicina, que se consideraron útiles en las etapas finales de las posibles vacunas.

-          ¿Se debió a su colaboración con el programa de la vacuna del SIDA su tremendo ascenso a directora de su departamento?

-          Eso ya si es comprometido. Mi ascenso no tiene nada que ver con ayuda a cambio de algo, sino que fue debido a méritos propios, y además, por si le interesa, el Profesor Benson fue mi mentor, no le parezca extraño que yo fuera una de las candidatas para el puesto tras su desafortunado accidente de tráfico. He respondido a su pregunta

-          Perdone si le he ofendido, no era mi intención

-          Jason Streams, del U.S Today. Srta. Jenkins ¿Diría que este acontecimiento podría compensar el incidente de 2016?

Sarah enmudeció, se quedo pensando en la serie de acontecimientos fatales que podrían haber acabado con su vida, y sobre todo lo que lo provocó. Pasado un minuto, se volvió hacia su micrófono,  y con los ojos húmedos, solo pudo decir a duras penas unas palabras antes de que Travis la ayudara:

-          Yo… yo creo que… - decía con la voz ahogada – no sabría si… puede que…

-          Permítame que conteste yo. Creo que sin duda, los acontecimientos de aquel horrible día de julio, no los borrará nada, ni la mejor noticia del mundo, ni la existencia de vida extraterrestre, ni nada. Esto es algo maravilloso, pero los hechos que se desarrollaron durante aquel aciago día… jamás serán olvidados, algo así es improbable, por no decir imposible, que sea  enterrado por futuras generaciones, porque la magnitud que alcanzó…, eso nos superó a todos. Mi repuesta es un irrebatible NO.

A la vez que la rueda continuaba, y las preguntas y respuestas se sucedían; como si de una partida de Trivial se tratara, Sarah casi ni las oía; por culpa de aquella maldita pregunta, su mente estaba lejos de allí, lejos de la época presente, se vio obligada a revivir uno de los episodios mas traumáticos de su vida, mas, quizá incluso que el de la muerte de sus padres.



Episodio 4

Unos años atrás…

El día 17 de Julio de 2016, amaneció falsamente tranquilo, y rutinario en toda la tierra, pero la humanidad, estaba a punto de vivir una de las tragedias más terroríficas de su vida.

Sarah despertó cuando una alarma le aviso de que era la hora. La habitación en la que se encontraba, era como si de un palacio se tratara; una araña en el techo, una pared decorada con todo lujo, muebles estilo Luis XVI, suelo de mármol, jarrones, flores… pero nada de eso podía superar la cosa que más apreciaba ella, aquella figura que se veía mirando la ciudad desde el inmenso balcón. Sarah se dirigió a él:

-          Holaaa. Buenos días
-          Hey ¿Qué tal has dormido?
-          Genial
-          Quieres desayunar
-          Sí, pero algo ligero, tenemos la tercera conferencia en 3 horas.
-          Relájate, estamos en  Roma
-          Y yo con la persona a la que mas quiero
-          Te refieres al recepcionista, porque te miraba con unos ojos…
-          Me refiero a ti. Serás estúpido
-          Oh, no te gusta mi estupidez. Pues será mejor que cancelemos la boda.
-          Eso ni lo sueñes, faltan 34 días, y no pienso renunciar al apellido Wicker tan fácilmente, Allan – se besaron –

Después de almorzar, fueron rápidamente hasta el edificio donde se celebraba la IV Cumbre Científica Internacional, y tras atravesar toda Roma a pie, legaron a las 12:54, justo a tiempo. Disfrutaron oyendo a personalidades mundialmente reconocidas, exponiendo sus trabajos ante toda la comunidad, dialogando, debatiendo, o bien soltando un discurso; discurso que por cierto aquel día le tocaba pronunciar al jefe de Sarah, el Dr. Davison, y con el cual, se emocionó, ya que la elogió de una forma que nunca pensó, y tras este, le toco salir a la tribuna a Sarah, la cual, según Allan, y otros colegas de Sarah, lo había hecho maravilloso. Después, al acabar la última sesión del día, y de la Cumbre, a las 17:00, se quedaron hablando con distintas eminencias, pero al llegar las 17:45, se tuvieron que marchar:

-          Travis, lo siento, pero yo y Allan nos tenemos que marchar, hemos quedado en pasar lo que queda de nuestro último día, en el Vaticano, queremos ver la ceremonia.
-          Oh, me parece una idea estupenda. Yo sin embargo, siendo como me conoces, no me pude contener, fui el primer día, aunque si puedo, iré también hoy, este día va a marcar un hito en la humanidad.
Un científico vino corriendo con el mando de una televisión en la mano:
-          ¿Qué haces Albert? – preguntó Travis –
-          Los que trabajamos, aunque tengamos tarea, también queremos ver la ceremonia – encendió la tele –
-          …rmando de la noticia del día, y aunque lo repitamos durante todo el día, lo seguiremos diciendo con la misma emoción. Tras cumplirse un año y cerca de ocho meses del Pacto Final, hoy, día 17 de Julio de 2016, a las 20:30, será llevada, desconectada, y bendecida por el pontífice, la cabeza nuclear, que cumplirá dicho pacto, solo habrá a partir de esa hora, 200 cabezas nucleares en el mundo, distribuidas de la siguiente forma; 83 para Rusia, 65 para EE.UU., 27 para Irán, 15 para Israel, y 10 para Cuba, siendo todo este conjunto, periódicamente revisado por la ONU. En la ceremonia oficiada por Benedicto XVI, asistirán bastantes líderes mundiales, así como civiles, y militares, que velarán por la seguridad de estos. Hay que destacar los rigurosos controles a los que se ha sometido dicha bomba, para garantizar la seguridad en la zona, 154 tipos de pruebas que se han repetido 7 veces, en menos de un mes. Por lo tanto, imposible que pase algo. Sin nada más que decir, seguro que este día contribuirá al fortalecimiento de la paz mundial, y las relaciones internacionales. Informó desde la redacción central de la CNN, Abbigayl Cross.
-          Si señor, – exclamó Albert – se acabó tanta guerra, y producción nuclear, ni que nos estuviéramos preparando para la tercera guerra mundial.
-          Bueno, Sarah y yo nos vamos, recogeremos las cosas del hotel, y guardaremos sitio.
-          Adiós, pasáoslo bien

Salieron del edificio, y llegaron al hotel, recogieron sus cosas, y a las 18:45, ya estaban saliendo otra vez, aparcaron en las cercanías de la Ciudad del Vaticano, y desde allí fueron a pie hasta la Plaza de San Pedro. Una vez habían llegado, cogieron un sitio, no precisamente bueno, pero que servía, y allí se apostaron.

No muy lejos de donde estaban, el camión que portaba la bomba, se detuvo, había llegado a su destino. Un hombre delgado, de pelo moreno corto, con gafas, y camisa a cuadros, comentaba nervioso con el encargado militar de la bomba, algo:

-          Verá señor, yo no digo que debamos retrasarlo, pero si realizar una última comprobación.
-          Hijo, se que estás nervioso, al igual que todos los técnicos, que han colaborado en las pruebas de seguridad, y te diré lo mismo que a ellos. Si habéis hecho vosotros todos los controles, y en el 98,47% del 97,5% obligado, han salido bien las pruebas ¿De qué tenéis miedo?
-          Coronel, con todos mis respetos, yo no me consideró uno de ellos, fui el encargado de realizar la prueba de los metales, comprobar que no fuesen potencialmente peligrosos en el entorno.
-          Ajá. Siga.
-          En el laboratorio, todas daban bien, pero me olvide del factor calor, y sobre todo en estas fechas, en el Vaticano, y en un espacio abierto, y con el calor aumentando durante estos años…
-          ¡Vamos hijo, no tengo todo el día, a dónde quieres llegar!
-          Me preocupa que con el calentamiento, y el factor ambiental, además de todos los altavoces, cámaras, y pantallas, se produzca algún tipo de reacción inesperada.
-          Eso no ocurrirá, tranquilo chico, sería una probabilidad entre un millón.
-          Pero es una.
-          Mira, en el ejercito, nos guiamos al hacer pruebas, por la probabilidad, si el riesgo es mayor del 2.5%, se suspende, si no, “show must go on”. Y ahora, busca un asiento, esto va a empezar.

lunes, 7 de noviembre de 2011

PRIMERA ENTREGA

Diario de Noa Stuarts  (75/ 78)

28- 09- 2019

Se acabó, estoy decidida a hacerlo, una vez haya escrito estas líneas ya nada podrá detenerme. Estoy harta de la hipocresía de los gobiernos del mundo, desde aquel incidente ya nadie ha vuelto a confiar en ellos (yo la que menos), pero da lo mismo, todo acabará antes de año nuevo, se que es totalmente antiético, y profesional, y sobre todo será algo que hará que muera, pero ya no importa, me da igual todo, mi carrera de científica, la gente, mi fam…, bueno eso será lo que mas echaré de menos, mi familia; si alguna vez encuentras y lees este diario, Robert, significará que  he muerto, os quiero a todos, saluda a Sarah. Es hora de lanzar a la ONU la BOMBA.



Episodio 1

28 de Septiembre de 2018


El sol reluce sobre una idílica ciudad cerca de un lago, al lado de este, una mujer de unos 28 años, pelo castaño largo, complexión algo más delgada que ancha, y de metro setenta, está leyendo un libro sentada sobre un banco. De repente, un Jeep Wrangler negro, interrumpe el silencio, de él se baja un hombre de aspecto siniestro que empuña una pistola que apunta hacia la mujer, ella intenta huir, pero es alcanzada en la pierna, cayendo brutalmente sobre el suelo, de repente, su mundo deja de existir.

 El hombre le dice con la voz más petrificadora que había oído en su vida:

-          Adiós… Doctora

                          *****

 Un despertador suena, a la vez que la misma chica del sueño, profiere un grito agudísimo que hace que alguien abra la puerta de golpe un instante después, se trata de una mujer de pelo rubio apagado, baja, algo ancha, y de unos 55 años:

-          Sarah, cariño ¿Estás bien? ¿Qué te ha pasado?
-          Nada, nada – responde jadeando – estoy bien, solo ha sido una pesadilla.
-          Menudo susto me has dado. Anda, despierta, y lávate vaga, vas a llegar tarde.
-          ¿Qué hora es tía Gerthrud?
-          Las nueve menos cuarto. El desayuno está listo.

La chica se levanta, se lava, se ducha, y se viste, y a la nueve en punto, ya ha bajado a desayunar. A la vez que toma una tostada, se sienta a hojear el U.S Today del día, de repente su atención se para sobre un artículo que la acaba de despertar del todo, se trata nada más y nada menos de una foto en la primera página, en la que sale un grupo de científicos, entre ellos ella. El letrero reza “¡GOODBYE VIH!”:

-          ¡Mira tía, soy yo!
-          Ya lo he visto. – responde con una amplia sonrisa – Si tus padres estuvieran aquí, estarían orgullosísimos, eres una heroína, tú y todo tu equipo.
-          No te pases, te ciegan los ojos con los que me ves.
-          ¡Que! Ni se te ocurra pensar que te lo digo porque eres mi sobrina, tú mejor que nadie, sabes las vidas que esa vacuna salvará a partir de ahora, y llega en el mejor momento de todos, la humanidad necesitaba algo que celebrar desde aquel horrible día, ya sabes, el del incidente.
-          Lo sé. Gracias tía, adiós.

  Le dio un beso a su tía y se marchó:

-          Eh… Sarah – le dice mientras le muestra una tarjeta identificatoria del Instituto Científico Internacional a nombre de Sarah Jenkins –
-          Gracias – le dice en un susurro –
-          Corre, despistada – se despide entre risas –

  Del garaje particular sale Sarah en su Dodge Ranger, saluda a su tía y esta se despide de ella, a la vez que le grita “no te retrases, recuerda que esta noche viene tu primo”, ella asiente.

  Ya en la autopista, se conecta el ordenador de a bordo, iniciando su auto configuración rutinaria, Sarah dice en voz alta “música,  Michael Jackson”, y mientras el coche se abre paso por la autovía de Denver, ella contempla lo que le espera de frente, mientras recuerda melancólicamente la época de las canciones que estaba escuchando.


Episodio 2

   Al llegar a la curva de desvió 48-B, el coche gira hacia esta, y se adentra en un terreno arbóreo, en el cual se divisa a una distancia de 7 Km., un edificio gigantesco, al cual  se acerca el coche. Al llegar a la garita del guardia, este sonríe a Sarah:

-          Buenos días Señorita Jenkins.
-          Buenos días Tommy.
-          Se lo que me va a preguntar, y la respuesta es sí.
-          ¿Sí, qué?
-          Vamos, no se haga la inocente, sabe de sobra que me refiero a la prensa, ya está aquí.
-          ¡Oh! Es obligatorio trabajar hoy.
-          Que yo sepa sí.
-          ¡Que horror!
-          ¡Ah!, el que le espera.
-          Sí, sí, dame ánimos.
-          ¡Ja, ja! Hasta luego – se despide el guardia mientras baja la barra –

  Al entrar en el parking subterráneo, sintió que este sería el día más duro de su vida, razón no le faltaba, pero no se esperaba por qué. Nada mas aparcar, antes de bajar la ventanilla, una silueta salió de entre las sombras, y se asomo por su coche:

-          ¡¡¡Buuuuuh!!! – le dio un susto –
-          ¡Ahhhhh! ¡Serás gilipollas! – dijo aún asustada –
-          ¡Ja, ja, ja! Creeme, se lo que odias a los periodistas, pero necesitaras alguna broma para que se te alegre el día.
-          Si por broma te refieres a que me de un infarto, NO, GRACIAS. En serio, no se como puedes ser una de las mujeres más lista de EE.UU., si pareces aún una niña.
-          Hace falta que te recuerde que Einstein…
-          … llevaba los calcetines desparejados. ¡Dios! Siempre la misma excusa.

Bajó del coche, y cogió su bolso. Inmediatamente después, ella y la otra mujer, se desplazaban por el parking a la salida mientras hablaban, Sarah decía que no soportaba a la prensa desde que los periódicos sensacionalistas atestaron en 2014 las puertas del laboratorio, por aquel supuesto escándalo de investigación en niños, algo totalmente falso, no obstante, su amiga le dijo que no era lo mismo, esta vez no les enterrarían en basura, si no que los alabarían como dioses.


I.S.I
International Scientific Institute

S2 Parking
S1 Parking
B   Recepción
P1 Investigación Médica
P2 Investigación Social
P3 Departamento de Dirección
P4 Investigación Zoológica
P5 Ala Residentes
P6 Comedor
P7 Investigación Sísmica
P8 Investigación Espacial



Al llegar al ascensor pulsaron la tecla de la planta 5; la de los trabajadores, y mientras subía desde el S2, siguieron charlando. De pronto, el ascensor se detuvo en su planta:

-          Bueno, llegó la hora - dijo Sarah –
-          Seguro que te sientes como un cristiano al que van a lanzar a lo leones, en el Coliseo.
-          Eso, tú ayuda.
-          No tienes que preocuparte, yo estaré a tu la… ¡Oh, mierda! Acompáñame a mi oficina, me he olvidado la identificación.

La acompaño hasta el ascensor, esta vez pulsó el botón de la planta 8, el departamento espacial. Cuando llegaron, fueron hasta la puerta de la jefa de departamento; su amiga. Una vez dentro, su amiga cogió la tarjeta, Sarah habló sobre la placa identificatoria de la mesa:

-          Jamás me acostumbraré a leer eso.
-          Dímelo a mí, y llevo solo tres semanas.

  Ambas salieron, pero la placa sobre la que hablaban, decía:

NOA STUARTS
Jefa del Departamento de Investigación Espacial.